Los Gobiernos buscan reducir el déficit presupuestario. En este camino, Francia ha descubierto que Internet puede reportar ingresos y plantea para los presupuestos de 2011 dos nuevas tasas sobre Internet. Una cobrará el 1% sobre la inversión publicitaria en la Red. El otro se dirigirá al comercio electrónico. Lo más llamativo de la medida es que ambos impuestos no se dirigen a quien conbra la publicidad o la venta sino a quien la contrata o compra un servicio. Se trata de una fórmula que permite, por ejemplo, castigar fiscalmente la publicidad en sitios donde la empresa que la recibe, por ejemplo Google, no es francesa y tiene recursos para escapar a sus leyes impositivas mediante la localización de la compañía en otro país. Según Numerama, la medida es absurda por este morivo y por el resultado recaudatorio, unos 10 o 20 millones de euros de los que habrá que descontar los gastos administrativos para su gestión.
En cuanto al impuesto sobre el comercio electrónico, la tasa sería del 0,5% y deberían satisfacerla todas las empresas con una cifra de negocios que exceda los 460.000 euros anuales.
El senador autor de las dos enmiendas propuestas en el Senado francés, Philippe Marini, defiende, además, que el impuesto por tenencia de televisor se amplíe a los ordenadores y tabletas en la medida que son dispositivos que también pueden recibir la señal televisiva. En este caso, sin embargo, la tasa se aplicaría por la residencia del titular de los ordenadores o televisores. Es decir, quien ya pague la tasa por el televisor no debería hacerlo por el ordenador.
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