El restaurant Sully de la Charles Summer de la capital siempre me ha gustado por el hecho de que es a la vez una pescadería, y ello supone que los productos que ofrecen en el menú deben ser siempre frescos.
Por lo menos eso es lo que han vendido, aunque ello no quita el pasar por el Control de Calidad que hemos establecido en esta página.
En ocasiones anteriores he probado unas gambas al ajillo formidables, que realmente recomiendo.
El establecimiento tiene buena clientela, y lo pude advertir hace poco en una tarde de domingo ‘’maripindón, que se casa la reina con Juan Barrigón’’.
Hubo que esperar que se desocupara una mesa , al igual que muchas otras personas que concurrieron al lugar.
Ese día me ‘’aventé’’ de entrada un salpicón de mariscos, realmente delicioso que con las tostadas de pan bastarían para ya estar bien.
Lo que no me cuadró del todo fue la cazuela de mariscos, pues me di cuenta de que los trozos de pulpo y de lambí son los mismos del salpicón, lo cual en modo alguno se puede asumir como diferente o una variante.
Parecería como si a los ingredientes del salpicón le echaran agua para hacer cazuela, y así no fue que hablamos.
Pero soy persistente, y no me llevo de primeras impresiones para externar juicios.
Así que volvi otro domingo, y esa vez ordenamos una paella para tres personas.
Un fracaso total, pues tal parece que al cocinero se le fue la mano, y le quedó en un punto muy blando, faltando poco para un asopao.
Aparte de ello, no la hicieron con el auténtico arroz de paella, que no es el mismo que se emplea en el arroz blanco a vapor que comemos a diario, ni en los locrios y moros que también se prepara.
Soy tan ‘’paellero’’, que estando en Valencia he ido a comer las famosas paellas valencianas cocinadas sobre leña de la centenaria Casa de Pepita que le han dado fama mundial al plato.
A mí nadie me puede venir a meter ‘’gato por liebre’’, porque de eso creo conocer.
Aquí hay establecimientos que en vez de paella, lo que hacen es locrio.
En Sully, lo que comimos a media, porque casi la dejamos en la paellera, fue un asopao de mariscos.
Corrijan eso, que las ‘’cuentecitas’’ que te tiran por esos ‘’servicios’’, no son sencillas. (tomado de www.josephcaceres.net)