Proconsumidor, según supe, no tiene control en los "precios de las ventas de bebidas", en los centros de diversión o entretenimiento. Porque soltar "200 pesos", por un 911 pequeño, cuando su precio real es de $ 35 pesos, de manera oficial, es una pena. Altagracia Paulino, quien dirige esa entidad pública, debe cuanto antes "iniciar una Resolución", que abarque llegar a controlar los precios en esos negocios que abusan.
Cuando uno de esos negocios, del Distrito Nacional o Santo Domingo Este, tiene bailes, ahí es que la vaina se pone buena: un servicio de Chivas Regal, que tiene su precio original en un Drink de la ciudad de $ 995 y 1,195, en esos sitios lo elevan a $ 4,100.00, lo que es una exageración. Si Proconsumidor no puede hacer nada, nos jodimos. En este diciembre, nadie podrá ir a una fiesta popular o a un negocio de esos "que suben los precios, cuando ellos quieren".