Si el "dembocero" de nombre Pablo Piddy, no se activa, le pasará lo mismo que a muchos de su género, que "fueron una moda y ya". Estos artistas se concentran en su momento "y no piensan en el futuro", a eso se agregan, supuestos manejadores, que de este negocio "no saben ni pío".
"El Sol y la playa", fue un reguetón que sonó mucho, y de este joven, no se sabe dónde fue a parar. El Lápiz, que sobrevive en el medio. Es decir, que si no se asesoran bien, se quedarán con su grandeza en sus mentes.
Pablo Piddy, un joven residente en la barriada de Cristo Rey, tiene que rodearse de personas que conozcan el negocio y no de amigos personales que "le sirven de ladino".