Santo Domingo.- El bachatero Raymond, quien una vez intentó ser figura del ritmo, fue visto en la fiesta de empleados de las oficinas de Héctor Acosta, en su finca de Bonao, en la Orquesta Brugal, desde donde salió para lanzarse como bachatero, pero tuvo que regresar, porque el proyecto "se quedó frizado". Sonó bien con el corte "La ley de la vida", que la gente bautizó como "Lo que no sirve, no se bota", y casi se "metió". Se dice que tuvo serias diferencias con sus antiguos manejadores, lo que motivó que se rompiera el contrato. Pero, el joven, dueño de un tono de voz propio, tuvo que retornar a su vieja orquesta, "o si no pasaría trabajo". Raymond, al lado de Rafael Núñez, sacó una producción bien hecha, pero no pasó de ahí.