Ahora
que Brahma es la dueña de la Cervecería Nacional Dominicana, seguirá
Acroarte dándoles con el cubo del agua a sus artistas.
Tengan
la seguridad que los limpios sacos que pululan por esa institución, si
esos mismos que vivían acabando con esta cerveza, de ahora en adelante
hablaran bondades de ella.
Porque jamás pensaron que la tortilla se les viraría, entendían que seguirían como sanguijuelas enganchados de la teta de la Cervecería Nacional Dominicana.
El panorama ahora pinta diferente, para los artistas de la cerveza Brahma, los cuales eran premiados a regañadientes.
Como
dice un dicho popular ya la pava no pone donde ponía, de ahora en
adelante a coger el camino derechito, sin torcerse, que las reglas del
juego las pone Brahma.
Por Carlos de San Juan