Se ha convertido en un verdadero juego, el hecho de que chóferes de transporte publico, sin el mayor cuidado instalan sistemas de GLP, como manera de abaratar los costos de los combustibles, si medir las consecuencias.
Por decir, los sindicatos que agrupan a los chóferes de las diversas rutas de Santo Domingo, no tienen control alguno, sobre ese caso.
“La mitad de los choferes de carros públicos del país usan el tanque de gas de “sancochar” los plátanos y se lo ponen al carro para salir a conchar”, sentencia el sindicalista y empresario del transporte público, Antonio Marte.
La declaración se debe a que ninguna institución está ordenada por ley a verificar y dar seguimiento a las instalaciones de Gas Licuado de Petróleo (GLP) que se conectan en automóviles públicos o privados.
El presidente de la Asociación Nacional de Detallistas de Combustibles (Anadegas) sostiene que esta situación de “chivos sin ley” se debe a un populismo de los gobiernos hasta ahora. “El GLP en la República Dominicana vive una especie de arrabalización. No existe nadie que regule las instalaciones, ni las compañías que hacen las instalaciones o las personas que las hacen. Sólo se regula al distribuidor de gas, pero no a quien da uso”, señala Rafael Polanco, y concluye que en términos generales “se ha apostado al desorden”.
Marte y Polanco coinciden en que esta ausencia de órgano vigilante facilita la proliferación de los sistemas de GLP informales y el mal manejo en los tanques. fuente: Diariolibre