A pesar que se había prometido que una reforma fiscal no afectaría los pobres, el Gobierno propuso hoy ponerles impuestos a casi todos los productos de consumo masivo en un desesperado intento por captar ingresos.
La propuesta dada a conocer hoy por el ministerio de Economía, Planificación y Desarrollo, plantea subir el Impuesto de Transferencia a Bienes y Servicios (ITBIS) de 16 a 18% a los productos que ya están gravados, pero establece una "tasa reducida" de impuesto para casi todos los bienes que hasta la fecha están exentos de gravámenes.
Entre los productos que serían gravados a partir de enero están las tostadas, quipes, donas, empanadas, gofio, casabe, las masitas, lengüita, conconetes, bollitos, avena, trigo, maicena y hasta los friquitaquis o riquitaquis; productos usualmente consumidor por los sectores más pobres.