Un estudio hecho por el Instituto Nacional de Protección a los Derechos del consumidor (Pro Consumidor) arrojó que muchos de los salamis que se fabrican en el país contienen aditivos, preservantes y colorantes que pueden hacer daño a la salud.
Asimismo, comprobó la existencia de varias fábricas de embutidos clandestinas que no cuentan con los permisos para operar y por ende, carecen de registro sanitario, supervisión y regulación.
El estudio también determinó que algunos de esos productos no tienen los componentes que publican en sus etiquetas o no transparentan los insumos utilizados en su elaboración.
Asimismo, comprobó la existencia de varias fábricas de embutidos clandestinas que no cuentan con los permisos para operar y por ende, carecen de registro sanitario, supervisión y regulación.
El estudio también determinó que algunos de esos productos no tienen los componentes que publican en sus etiquetas o no transparentan los insumos utilizados en su elaboración.